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9 de diciembre de 1791

Ignoro, mi querido hermano, que la indisposición de nuestra hermana haya sido de las siguientes; mamá nos ha dicho haberla dejado enteramente para que retome su salud. Tened cuidado que el agua y el aire crudo de vuestras montañas no sean la causa de su mal. Os aconsejo hacerle beber mucha leche y nada de agua.

No os puedo prometer con precisión cuando podré ir a veros; estoy abrumado de asuntos, y aquí los días son muy húmedos y cortos. Sin embargo, de aquí a Navidad, tendré el placer de abrazaros a los dos.

Si nota que el aire incomoda a su mujer, enviadla a nuestra casa por un tiempo; ella no duda de la amistad tierna con la que será siempre recibida por nosotros. Espero que su matrimonio no nos haya separado, y que no olvidemos, ni los unos ni los otros, los sentimientos que nos deben unir. Escribidnos, el uno y la otra, de vez en cuando, y sobre todo no permitáis que ignoremos, de aquí al momento en el que partiré para ir a veros, cuales serán las secuelas de la enfermedad de mi hermana. Tengo muchas ganas de verla para tranquilizarme. Alegrad a su joven esposa, y sobre todo, velad por que ella no sufra ninguna pena doméstica de la naturaleza de las que ella no osaría confiaros. La idea que he concebido de vuestra familia me hace creer que ellos amarán tiernamente a esa nueva hermana y esa nueva hija. Nombradla soberana después de vos, pero soberana bonachona; es así como yo la prefiero.

Vos estáis hecho para hacer las veces de todo al mundo; pero el amor no consuela el amor propio, y el amor propio de una mujer, vos lo conocéis. Ella os hará feliz, lo espero y estoy convencido. No desposare sus fallos a su consideración: vosotros me sois igualmente queridos, el uno y la otra, y en todas las circunstancias, os mostraré el corazón de un hermano y de un buen amigo.

Adiós. Besad a su querida esposa, bésadla también de vez en cuando por mí, para que recuerde que la amo, y que ella os lo devuelva.

Soy vuestro hermano y vuestro servidor
SAINT-JUST.

Blérancourt, 9 de diciembre de 1791.

P.S. Os pido el favor de presentar mis respetos a madame Hannnotier y a M. le curé, y a vuestra familia a la que amo como la mía. Se os abraza aquí, portáos bien.